Hoy está en riesgo la alimentación de millones de mexicanos por la catástrofe agroalimentaria ocasionada por las heladas de los últimos días en Sinaloa y Tamaulipas y los desastres climáticos en el sureste mexicano. Millones de hectáreas de siembras se han perdido, miles de jornaleros están sin empleo y es inminente un encarecimiento de la comida. El país está encendido: inseguridad, feminicidios, corrupción; la falta de alimentos sería la chispa para estallar.
En esta situación todos perdemos: hombres y mujeres del campo y la ciudad; consumidores, contribuyentes. Al fin y al cabo toda la economía nacional, pues el desastre traerá más hambre y desnutrición: verdaderas amenazas para la salud pública y la seguridad nacional.
El Banco Mundial advirtió que México es un país sumamente vulnerable debido a su dependencia alimentaria. Este organismo señaló que el alza en el precio de los alimentos en el mundo no tiene precedente y que el índice de precios refleja un incremento de 15 por ciento de octubre pasado a la fecha y de 29 por ciento si la comparación se hace respecto de enero de 2010. El maíz reportó un incremento de alrededor del 73 por ciento desde junio pasado. El organismo señaló que el alza en el precio de los alimentos hizo caer en la pobreza a 44 millones de personas en los países en desarrollo.
En México, aunque se trató de ocultar la información, en los pasados cuatro años el número de personas en pobreza alimentaria creció en 8.3 millones, por lo que actualmente hay alrededor de 21 millones de mexicanos que viven en esa condición. Hoy se denuncia que 90 por ciento de los niños en la Montaña de Guerrero tienen baja talla y la mitad bajo peso, problemática que a escala nacional afecta a más de un millón de menores de cinco años.
Lo dijimos en la Campaña, y se ha dicho de muchas maneras y en diversos medios: este es un gobierno que da la espalda a sus niños, a la alimentación de su población; que ha liquidado de las políticas públicas a la producción campesina e indígena para concentrar los apoyos en la agricultura industrial de monocultivo; que entrega nuestra alimentación y por lo tanto nuestra salud a las trasnacionales agroalimentarias. El modelo impulsado hace más de 25 años por los últimos gobiernos ha condenado a la pobreza y a la mala alimentación a la mayoría de los mexicanos.
El Secretario de Agricultura Francisco Mayorga Castañeda niega que exista crisis alimentaria, señala que sí hay riesgo de que los precios de las hortalizas vayan al alza, por lo que será la Secretaría de Economía la que tendrá que estar vigilante. El titular de la Sagarpa sabe muy bien que esta crisis será aprovechada por unos cuantos para sacar ganancias millonarias del hambre.
Sabe bien el trágico saldo de la actual dependencia alimentaria del país, principalmente hacia los Estados Unidos, de la guerra contra la agricultura campesina e indígena, de confiar nuestra seguridad alimentaría al "libre comercio" controlado por las corporaciones trasnacionales.
Es tiempo de definiciones. Alertamos ante el riesgo de que las grandes corporaciones aprovechen la reciente crisis para especular, para imponer sus alimentos chatarra, para impulsar, una vez más, sus siembras de transgénicos que ponen en peligro el patrimonio nacional de nuestras semillas nativas, la salud del pueblo de México y una vez más, la soberanía nacional.
Frente a esto gritamos al unísono con otras muchas voces, que no lo vamos a permitir: tomaremos en nuestras manos nuestra alimentación, la de nuestros niños; crearemos redes de abasto para contar con alimentos campesino de calidad y bajo costo; urge impulsar la diversidad de la producción campesina e indígena porque ésta ha sido, y es hoy más que nunca, la mejor alternativa a los problemas del abasto alimentario.
Por ello, la Campaña Nacional Sin Maíz no hay País llama hoy a "Poner a México en tu boca" y con ello a ejercer nuestro derecho a una alimentación suficiente y sana, con productos frescos que provengan de manos campesinas e indígenas, que no sólo nos provén de alimentos sino de agua, aire, bosques y cultura. Y se suma y se solidariza con las demandas y propuestas que hizo en días pasados el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (CONOC) –ver demandas y propuestas en http://www.sinmaiznohaypais.org/node/210 -.
Finalmente, hacemos un llamado enérgico al Gobierno Federal, para que por medio de la Secretaría de Relaciones Exteriores hagan ya una invitación formal al Relator Especial de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación para realizar una visita oficial a nuestro país el próximo mes de junio del presente año. Es inaceptable que ante la emergencia y catástofe alimentaria que azota al país, el Gobierno Federal siga oponiendose a la visita del Relator Olivier de Shutter.
¡Con los campesinos en el campo está la solución a la crisis de México!
¡La comida mexicana es sana!
¡Porque Sin maíz no hay país y sin frijol tampoco: Pon a México en tu boca!
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