lunes, 21 de febrero de 2011

Una amiga me contooo La reforma más importante

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Está por cumplirse un mes del actual periodo de sesiones en el Congreso, sin que
haya avances en las reformas estructurales prioritarias. Hay que cambiar la
tendencia que ha caracterizado al Poder Legislativo federal en los últimos años:
impulsar una visión de futuro, con voluntad para el acuerdo.
Pasamos del monopolio legislativo a una pluralidad democrática que era
necesaria, pero que hoy requiere de nuevas reglas para ser viable y funcional, de
manera que se ponga a la altura de los retos que hoy enfrentamos los mexicanos.
La mayoría de los ciudadanos tiene una percepción negativa de los
representantes populares, lo que contribuye al creciente desprestigio de la política,
así como a la pérdida de confianza y credibilidad en la eficacia de las instituciones.
Nuestro país presenta el más bajo nivel de satisfacción con la democracia en
América Latina, de acuerdo con el más reciente reporte de Latinobarómetro.
Estamos 17 puntos porcentuales por debajo del promedio en la región.
Sólo 24% de los mexicanos tiene interés en la política, únicamente 21% piensa
que en el país se gobierna para todo el pueblo y 62% considera que algunas
personas o grupos tienen tanta influencia que los intereses de la mayoría son
ignorados. Por eso hay que impulsar la reforma del Estado.
El Índice de Desarrollo Democrático de México 2010 que realizó Coparmex,
registró una calificación promedio en los estados de 5.8, en una escala del uno al
10. Hay entidades que ni siquiera alcanzan un puntaje de tres.
Es preciso renovar la política en México. Hay que dignificarla y hacerla más eficaz;
que sirva para ponernos de acuerdo y construir un proyecto común de nación; no
sólo como vehículo para que los partidos alcancen, conserven o repartan espacios
de poder.
La política es un instrumento para el ejercicio y la transmisión civilizada del poder,
pero entendido como un medio al servicio de los ciudadanos; no como un fin en sí
mismo o un patrimonio de grupos.
México ha avanzado en su democracia. Sin embargo, persisten muchos de los
grandes males que obstruyen su consolidación, incluyendo la impunidad y la
enorme corrupción que minan el Estado de Derecho y la falta de conexión de los
políticos con los problemas reales de la gente, que siente que sólo es tomada en
cuenta cuando hay votaciones.
Tenemos algunas de las instituciones más costosas del mundo y funcionarios y
representantes populares que están entre los mejor pagados, sin que haya
resultados que lo justifiquen.
Todos debemos asumir la responsabilidad de transformar la política en México. No
esperemos a que el descontento con la política nacional llegue a extremos de
ruptura social como en otros países. Estamos a tiempo, pero hay que actuar con
sentido de urgencia.
La renovación de la política en México implica dos aspectos fundamentales: la
participación ciudadana responsable y una reingeniería de nuestro sistema
político.
El país necesita de mujeres y hombres comprometidos, que se hagan
responsables de la situación que vivimos y exijan resultados. No son tiempos para
la pasividad. No es válido quejarse, criticar o lamentarse, sin hacer lo que nos
corresponde.
La cultura cívica en México forzosamente tiene que madurar y crecer. Esto no va
ocurrir por sí solo; depende de cada uno de nosotros. Coparmex y más de 110 mil
mexicanos de todos los sectores y condiciones sociales nos hemos
comprometidos con este propósito, adhiriéndonos al manifiesto "Todos unidos en
lo esencial por un Acuerdo Nacional, Por un Acuerdo Nacional".
Esta es una iniciativa que surge desde la sociedad civil, para cambiar la actitud
pasiva y peticionaria predominante en México. El objetivo es impulsar un nuevo
código ciudadano y construir una visión de país que nos una en torno a nuestras
coincidencias. Invitamos a todos los mexicanos a conocer y sumarse a este
movimiento.
Adicionalmente, Coparmex está trabajando intensamente en su programa de
Participación Cívica 2011-2012, que próximamente presentaremos.
Los políticos deben aprobar una reforma amplia del Estado, que facilite la
participación ciudadana más allá del voto, afiance la representatividad
democrática, la transparencia y la rendición de cuentas. Necesitamos una reforma
que obligue a nuestros representantes a tomar decisiones con visión de Estado,
para que no puedan evadir su responsabilidad.
El modelo actual del sistema político mexicano está agotado y propicia la
inmovilidad.
La reforma del estado es la más trascendente de todas las que están pendientes,
porque permitirá destrabar los obstáculos para las demás. Es indispensable, para
que independientemente de quién esté en el poder, pueda gobernar.
Para Coparmex, esta reforma necesariamente debe incluir la reelección de
legisladores y alcaldes, la reducción del número de diputados y senadores
plurinominales, la segunda vuelta electoral para la Presidencia de la República, las
candidaturas independientes y la iniciativa legislativa preferente.
En la propuesta que hizo Coparmex el año pasado, se incluye la iniciativa
legislativa ciudadana, el plebiscito y el referéndum acotados, candados para evitar
escenarios de parálisis institucional, la reducción del financiamiento público a los
partidos y tener un solo instituto electoral, totalmente ciudadano para todos los
procesos electorales.
Todos los mexicanos debemos exigir esta reforma.
Asumamos la responsabilidad plena sobre nuestro destino. Todos queremos una
economía en crecimiento, un México seguro, justo, con gobiernos eficaces y
honestos. Conseguir todo esto, necesariamente pasa por la política y la
ciudadanización de la misma.
Lo más importante de los procesos electorales no es la transmisión del poder por
sí misma, sino que los ciudadanos decidamos a qué fines debe responder ese
poder que delegamos y sobre el que pediremos cuentas.
Seamos ciudadanos en el sentido profundo de la palabra, asumiendo nuestros
derechos y obligaciones ahora que el país lo necesita. En la medida que lo
hagamos, haremos de México el mejor país del mundo.
Reciban un saludo afectuoso.

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